La poliamida reciclada evita que los residuos vayan a los vertederos y su producción utiliza muchos menos recursos que la poliamida virgen, que tiene un alto coste tanto en lo relacionado con la energía como con los gases de efecto invernadero. Ciertas partes de la poliamida reciclada que usamos procede de redes de pesca viejas.
La poliamida es uno de los plásticos más sólidos que usamos en nuestros productos. Y cuando necesitamos un tejido superligero, la poliamida es una maravilla por su fuerza. Pero la poliamida es un material que viene del petróleo, así que producirla es caro en lo que respecta tanto a energía como a gases de efecto invernadero. Usar la mayor cantidad posible de poliamida reciclada reduce nuestra dependencia del petróleo virgen como fuente de materia prima, permite eliminar los desechos y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero del proceso de fabricación. Usar poliamida reciclada también fomenta la aparición de nuevas corrientes de reciclaje de productos de poliamida que ya no son funcionales.